Es mayo y comienzo a ver post sobre el día de las madres por todo lados, publicidad sobre regalos increíbles, lugares para comer con ella, qué outfit usar para esa ocasión… y yo lo que empiezo a cuestionarme es:
¿de qué me sirve darle un regalo si cuando la veo me enojo y le hablo feo? ¿Quizá antes de llevarla al lugar que ella elija para comer podría reconocer todo lo que le he aprendido? Porque me guste o no, esas características aprendidas o heredadas de ella me hacen ser quien soy. ¿Y si antes de pensar en qué regalo darle, pienso en cómo podría dejar de ser tan impaciente con ella?
Este pequeño artículo es para ti si cuando ves a tu mamá sientes un agridulce, te explico, si cuando la ves sientes entre que la amas y te encrespas, si tu mamá es la persona que más rápidamente puede sacarte de tus casillas, si es con ella con quien muestras la peor versión de ti. Si a pesar de todo el amor que le puedas tener, o no, cuando la ves te sientes irritable. Quizá tengas la oportunidad de trabajar para mejorar, si es que así lo quieres, la relación con tu madre.
Al inicio es probable que te cueste trabajo reconocer estos sentimientos hacia tu mami, porque mamá es intocable dicen, porque a mamá hay que agradecerle la vida he escuchado por ahí. Porque como mamá no hay 2, entre muchas otras frases donde a la mamá se le enaltece y está prohibido guardar algún rencor, recelo o reclamo para ella.
La relación con nuestra madre es la primera relación que exploramos en esta vida, incluso antes de ser conscientes de nuestra existencia es esta relación la que nos da la vida. Gracias a esta relación existimos aunque a veces puedas sentir que por culpa de esta relación estás en esta vida. Lo que quiero decirte es que es muy natural a veces quererla, a veces odiarla y en otras ocasiones todo al mismo tiempo.
Esta relación antes de poder verla, la sientes. Es una relación que te trae a este mundo y te da la bienvenida, te dice
-Este mundo es así, y no así. Se habla de está forma y se piensa de esta otra.
De mamá aprendemos a amarnos, a hablarnos, a cómo tratarnos. Sin embargo reconocer esto no es para echarle la culpa de todos nuestros males, es para que puedas DARTE CUENTA de todo aquello que has aprendido y repetido, es para que ACEPTES a tu madre tal cual es y te aceptes a ti, para que puedas dejar de juzgarte, precisamente dejar de reclamarle, y empieces a RESPONSABILIZARTE.
¿QUIERES TRABAJAR LA RELACIÓN CON TU MADRE?
Lo primero que quiero pedirte es que reconozcas que tu madre a su vez es hija y que su madre al igual que ella, y que tú, hicieron lo mejor que pudieron con las herramientas que tuvieron en ese momento, revisa cómo ambas han aportado lo mejor que tienen en cuanto a recursos emocionales, como psicológicos, económicos y lo que no han podido aportar es que probablemente no contaban con las posibilidades de hacerlo. Esto con la intención de entrar a esta aventura con menos juicios y un equipaje un poco más ligero que te permita encontrar la sanación y/o mejoras de esta relación.
Ahora ve por un cuaderno, una hoja y una pluma o un lápiz porque el primer paso es que puedas reconocer y aceptar ¿cómo es que te sientes cuando estás con ella, cuando hablas de ella y también cuando piensas en ella? ¿Qué sensaciones aparecen, en tu cuerpo, cuando estás con ella?
Anota estás preguntas para que puedas responderlas.
Haz una lista de las sensaciones incómodas que emergen cuando estás con ella ¿en qué parte de tu cuerpo la sientes? ¿Cómo lo sientes? ¿Con qué intensidad del 0 al 10 siendo 0 nada y 10 lo más intenso? Y que empiece el AUTOCONOCIMIENTO.
¿Qué provoca en ti estás sensaciones displacenteras? ¿Es lo que ella te dice lo uw empieza a incomodarte? ¿Es cómo te lo dice, sus formas o modos lo que te empieza a irritar? ¿Es algo que ella hace o que no hace lo que te duele?
Puedes llevarte estas preguntas en una libreta durante varias visitas con ella y anotar lo que vayas reconociendo y sintiendo en cada uno de tus encuentros. A esta actividad se le llama escritura terapéutica o journaling. Si este trabajo lo acompañas con un proceso terapéutico te aseguro muchos mejores resultados.
Te quiero pedir que confíes en la Teoría paradójica del cambio, donde parafraseando a Fritz Perls padre de la psicoterapia Gestalt quien dice que:
“…El cambio se produce cuando te conviertes en lo que eres, no cuando tratas de convertirte en lo que no eres.”
Porque al haber deseo de cambiar algo de ti o de alguien más pero en esta ocasión vamos a hablar de ti. Cuando tratas de cambiar algo de ti, generalmente hay rechazo y esta es una fuerza que te juega en contra porque te estás rechazando a ti o una parte de ti. Es cuando rechazas tu deseo de cambiarte y empleas ese esfuerzo y energía en aceptarte tal cual eres, que hay espacio para que ocurra el cambio, te explico porque.
Al aceptarte como eres te reafirmas, construyes un piso sólido sobre el cual pararte, estando firme y con seguridad es cuando puedes dar pasos para moverte con mucho más facilidad y confianza.
Si estás queriendo cambiar algo de ti hay dos fuerzas opuestas peleando dentro de ti peleando por ganar, la fuerza del “ser” con la del “Debería ser”, sin embargo ambas eres tú, tanto tu deseo de ser como tu ser o tu esencia, como terapeuta Gestalt trabajo en el consultorio con mis pacientes en el entregarse a cada experiencia como es, sin deseos de cambiarla, ni cambiarse a sí.
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